sábado, mayo 19, 2007

Rallyconurbano pre salada 4. 19 de mayo de 2007-05-19


El sábado 19 se realizó el 4 pre rally a la salada

En constitución se juntaron Silvina, Nacho, Ricardo, Julián, Paola y Martín

A eso de las 11 y media llega nacho. Llamado telefónico de rigor a Albano, que desistió finalmente. Max también había caído enfermo.

Llegamos a la parada del 28 y dejamos pasar un colectivo, porque “hay otro ramal que va más rápido”. Quince minutos de espera y aparece de vuelta el “Barrio Hernandez x Fiorito”. La resignación le gana a la obstinación y subimos al 28. 80 centavos hasta Puente de la Noria y a sentarse tranquilos.

Asientos Pasillo Asientos

Simples Dobles

Nacho

Silvina Martín -------

Ricardo Julián Paola

Fila del Fondo

Cuando ya los dábamos por perdidos, Ari y Julia nos mandan un mensaje: “estamos yendo”. Llegamos al puente de la noria y nos contactamos:

“estamos a 10 minutos. “

“Nosotros vamos buscando un remis para ir hasta la feria y nos encontramos”

Gambeteando los colectivos, nos abrimos paso y nos chocamos con Stephan, que había estado en constitución pero no nos había encontrado. Se había tomado el 23 y había llegado solo un rato antes. Se une al grupo, y vamos a consultar a una remiseria con local para que nos lleve de recorrido. La onda es muy poca. “yo no puedo parar ahí a esperarlos porque me encañonan. Si quieren parar a sacar fotos, yo los llevo. Pero me voy y después los paso a buscar. Les cobro 12 pesos.” No nos convence la propuesta y el miedo comienza a dominar el grupo. Se empiezan a plantear varias opciones. Hacer una primer recorrida sin parar para ver que onda y después volver. Ir en colectivo hasta la estación de tren La Salada. Ir en colectivo hasta donde termina el 28… la expedición naufraga en un mar de dudas, y Silvina se manda a averiguar a una remisería a cielo abierto. Vuelve con una nueva propuesta. “él nos cobra 8 pesos hasta la feria, y después 2 pesos cada 10 minutos.” El parque automotor de la agencia estaba mayormente compuesto de falcons hechos bola, con patentes de esas viejas que tenían una letra y seis números. Los choferes estaban reunidos en torno a una parrillita improvisada en el medio de una rotonda.

Mientras el grupo delibera llegan Ari y Julia, y nos terminamos de convencer en contratar a los remiseros buena onda. Entre una cosa y otra se hace la una y ahora Héctor estaba en el horario del almuerzo. Después de un par de choripanes y una pata de pollo, nos encara sonriente. “Vamos que los llevo.” Julián, Silvina, Ricardo y Nachín van con él. El resto vamos al auto de Ari. Giramos en U para seguir al 505 dorado y nos para Ricardo, en un ¿injustificado? brote paranoico. “¿Por qué estaba tan contento este tipo? Si los otros ni se animaban a ir hasta allá, porque este va tan dispuesto. Para mí que nos deja en una villa y ahí nos afanan unos que están en combinación con él” En el auto de ari nos miramos…

“No creo que pase nada…”

“Bueno, ya están avisados” y se despide Ricardo

El remis enfila para la feria, toma una “asfaltada” zigzaguendo los mega baches. Muy pronto llegamos a la entrada de la feria Punta Mogote, frente al riachuelo.

“Si van para allá hay una fiesta boliviana, y cruzando el puente para el otro lado está la estación de la salada y los viejos balnearios.”

Hacemos media cuadra y ya escuchamos unas trompetas. La feria Urkupiña está cerrada para el público, pero decimos que somos de prensa y nos hacen entrar a una fiesta de la comunidad Boliviana.

“¿De que diario son?”

“Somos de la revista Summa, de arquitectura”

Aguardamos un momento viendo los bailes y la orquesta que avanzaba como una murga, y después nos hacen pasar a otro playón, donde nos ofrecen unas coca-colas, empanadas picantes y vino. Y como si eso fuera poco, nos arman una mesa con mantel y todo.

Había una banda tocando y lugar para que bailen 500 personas cómodas. Los bolivianos estaban vestidos con trajes típicos y portaban latas de quilmes en sus bolsillos. Los capos tenían directamente un botellón de güisqui, que convidaban a sus paisanos tomando de la tapita. Todos, hasta la vicepresidenta de la feria, nos saludan y nos tratan como si fuéramos amigos de toda la vida. La banda “Burbujas” suena muy bien. Ensaya un cover de Eros Ramazzoti y unas cumbianchas. Imposible pedir más onda, pero de todos modos tenemos que seguir con nuestra expedición. Intercambiamos teléfonos con los paisas y prometemos volver el 17 de agosto, fecha de conmemoración de la virgen de Urkupiña.

Volvemos a donde estaba Héctor, y quedamos en cruzar el puente, ir a ver que onda y que nos espere de este lado hasta que volvamos.

Es completamente otra la zona cuando la feria no está funcionando. Todo se ve más chico, y no se explica como pueden caber tantas cosas, autos, colectivos, olores, gritos y gente en tan poco lugar. En varios de los puestos hay gente trabajando, haciendo tareas de mantenimiento y limpieza, preparando el lugar para el domingo. El lugar sin embargo, no estaba desolado, había gente pasando y autos también. Aunque del otro lado del riachuelo, en la matanza, el clima era otro. Había menos gente, y no se veía mucho movimiento en la zona. Clima de indecisión, pero Ricardo despliega su ingeniería social y habla con un muchacho de seguridad de un estacionamiento.

“La estación de tren está a media cuadra, y el balneario es este mismo estacionamiento. Caminemos un poco a ver que onda…”

Arrancamos y en seguida vemos una especie de ruina que en algún momento fue la estación de trenes de La Salada. Es una especie de garita con muros de ladrillo de donde se han llevado hasta las baldosas, literalmente. Del otro lado de las vías, varios camiones moviendo escombros. Y casi enfrente de la estación se llegan a ver las antiguas piletas “termales”, muy cubiertas de pasto y vigiladas por una Venus de Milo (¿!?). Julián y Julia filman todo lo que pueden y volvemos a cruzar para completar la travesía. Nos queda el último punto que es la feria Ocean. Nos subimos a los autos y muy pronto llegamos. La feria está en remodelaciones, y se puede ver muy poco. Nos acercamos entonces a la vera del riachuelo, Nacho pone su cámara en automático y nos auto retratamos. El hermoso grupo humano se retira victorioso, después de 2 horas y media volvemos a puente de la noria. Hector se hace de 33 jugosos pesitos, que hacen juego con su patente 666.

Para celebrar la ocasión vamos a una parrilla a tomar unas cervezas. La mayoría pide coca cola, y unos sanguches de matambre y milanesa completos, con unas papas fritas para acompañar. Después de un rato ya nos habíamos hecho amigos de todos los beodos y nos vamos saludando como si fuéramos estrellas de rock. Finalmente, Ricardo, Stephan y Martín ganan la pulseada por el auto de Ari y Julia. Paola, Julián, Silvina y Nacho vuelven hasta Constitución, donde quedó estacionado “el bonito”.

Como la mayoría no conocía la feria funcionando, la retirada es con promesa de regreso con la feria a pleno.




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Definitivamente no hace falta irse hasta barcelona para flipar

Paola Salaberri dijo...

Buenisima la cronica ...falto el detalle, EN LA SALADA HACEN PARAPENTE!!!...yo la proxima me voy en ese medio...a mirar al estilo google map!..pao

dangiologístico dijo...

agrego que la célula buena perdedora de la oportunidad automovilística proto fan de la línea 28 viajó casi una hora con total dignidad hasta pza constitución en el asiento de atrás en este orden (de izq a der mirando para arriba como buenos occidentales):
anónimo cambiante / julián (en el ensueño) / silvina (en la lucidez experiencial) / paola (en el quinto sueño lúcido) / nacho (durmiendo contra la pared colectivera)

mint dijo...

este tipo de notas son las que hacen grande al pais, pucha! jjja
muy buena cronica martin, saludos y nos vemos en el rally salada definitivo, :)
felicitaciones a todos por el viaje :)