lunes, junio 22, 2009

"La Salada en Suiza sería un problema. En Argentina puede ser la solución (provisoria)" (x Alfonso Prat Gay)

Son emprendedores. Fabrican prendas de vestir y artesanías en su taller-hogar. Los jueves a medianoche se desplazan en colectivos o remises cargados con bolsas de residuos con el fruto de su trabajo y se dedican a venderlo a minoristas de toda la Argentina y de países limítrofes. Bienvenidos a la feria de La Salada.

Es imposible estar a favor de la microempresa y en contra de La Salada. ¿No es hipócrita castigar la informalidad de los excluidos cuando no les aseguramos un camino hacia la formalidad?

El fenómeno social de La Salada suele ser perseguido con prejuicios simplistas:

1. Que es una de las ferias ilegales más grandes de Latinoamérica.

Definir como ilegalidad la informalidad de los vulnerables de la sociedad, como lo son la mayoría de los feriantes de La Salada, es decirles que como ser pobre es ilegal, delinquen de facto. Una situación sin salida.

2. Que se vende mercadería robada.

Una peligrosa simplificación. He recorrido los talleres-hogar de distintos puntos del país en los que se fabrica la ropa que se vende en La Salada. He visto el orgullo de los hijos que ayudan a sus padres a recuperar su dignidad con el trabajo de sus manos.

3. Que se falsifican marcas.

Es verdad, hay falsificación de marcas. Es un tema a resolver, pero no con operativos policiales espasmódicos y mediáticos en los que se decomisa mercadería. Mejor sería sentarse a pensar soluciones que no maten la actividad que allí se produce.

4. Que se opera en negro, no se dan tickets ni factura por las compras.

¿Cuántas veces tenemos que pedir el ticket o la factura en restaurantes o comercios de barrios pudientes? Muchos locales de ropa ofrecen descuento si uno paga en efectivo... por supuesto sin factura. Pero cuando lo hacen los pobres los acusamos y los condenamos.

¿Qué es la Salada? En el 2002, durante la peor crisis de la Argentina, La Salada creció con el esfuerzo de miles de feriantes. Inicialmente vendiendo su mercadería a la intemperie, hoy generan mucho desconcierto entre los hacedores de políticas públicas que, en lugar de colaborar con este éxito y ayudar a ordenarlo e integrarlo a la economía formal, lo aprietan.

Las tres principales ferias están organizadas y tributan impuestos. Se llaman Urkupiña, Punta Mogotes y Ocean. Cada dueño de puesto paga expensas, y en Urkupiña hay baños impecables que cuestan $1 el uso, una nueva sala de primeros auxilios, una sala para exposiciones de maquinarias, una capilla y una radio interna.

La Salada tiene historias como la de Walter y Carmen. Ellos llegaron de Bolivia, prácticamente sin nada. Se instalaron en una villa, porque "es más barato, no hay que pagar luz ni agua". Trabajaron desde el inicio en La Ribera, "otra feria" al aire libre, sin organización formal, y mucho más precaria, para reunir los $8.000 necesarios para salir de la villa.

¿Por qué $8.000? Para un alquiler mensual de $1000, el taller y las máquinas. Lo lograron. Ahora, además, alquilan medio puesto en Urkupiña.

La Salada también implica riesgo. Mónica, quien con su marido teje suéteres de niños, nos explicaba: "Uno nunca sabe cuánto venderá, si llueve no se vende nada, igual hay que pagar el remise y arriesgarse, y cuando hace calor como el año pasado, tampoco se vende".

Trabajadores y emprendedores arriesgados es lo que este país necesita. Si los seguimos desalentando estaremos fomentando el paco y la violencia en las villas. La mayoría de los feriantes son población bajo la línea de pobreza o altamente vulnerables. Pero algunos ya no lo son.

Será importante encontrar una solución que no avale la evasión de los que ya pueden pagar. También será importante no perseguir a los vulnerables. Como sociedad, debemos comprender que en muchos casos la informalidad no es una opción y que quienes están en deuda no son los excluidos sino quienes tenemos la suerte de estar dentro del sistema.

Hay que aprender a convivir con esta informalidad y encontrar la manera de que la formalidad acompañe el crecimiento de quienes, con su propio esfuerzo, van abandonando la pobreza.

La Salada que Santiago Montoya no quiere ver nos muestra el espíritu emprendedor de los que tienen menos recursos y más dificultades. El Gobierno debería trabajar para integrarlos al sistema, no para marginarlos aún más.

Los feriantes de La Salada realizan una actividad que consideran digna. No están vendiendo cocaína ni paco ni efedrina sino bienes que la gente busca. Trabajan para no depender nunca de la limosna o de los planes. Allí no hay ONGs haciendo beneficencia. Los feriantes no tiene tiempo de pedir, trabajan para sacar a su Argentina adelante.

Para ver el post original y comentarios:
http://www.alfonsopratgay.com/38-En_defensa_de_La_Salada_y_de_sus_emprendedores.htm


Sobre Prat Gay en Wikipedia:
Alfonso Prat Gay (Ciudad de Buenos Aires, 24 de noviembre de 1965), es un político argentino perteneciente a la Coalición Cívica. Licenciado en Economía, graduado en la Universidad Católica Argentina es actual candidato en las elecciones legislativas de 2009 por la Ciudad de Buenos Aires por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS).[1]

Realizó estudios de posgrado en los Estados Unidos y trabajó para J.P. Morgan en Nueva York, Londres y Buenos Aires.[2] Fue presidente del Banco Central de la República Argentina[3] entre diciembre de 2002 y septiembre de 2004, durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Se autodefine como neokeynesiano.

Mario Cafiero, ex diputado del ARI, denunció que el ingreso de Prat-Gay “tuvo como objeto tapar todo lo acontecido en torno a las reservas y al contrato de pases contingentes, hechos en los que el JP Morgan estaba seriamente comprometido” e implicó un inmediato acuerdo con el FMI y una compensación a los bancos por la pesificación asimétrica. La ex ARI Graciela Ocaña, actual ministra de Salud de la Nación, recordó que la Comisión Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas emitió un informe que incluía a Prat Gay en un listado de personas que habían girado plata al exterior. El actual candidato habría girado 786 mil dólares, pese a la prohibición existente.[5]

En una entrevista al diario Página 12, Prat Gay dijo: "[Ocaña me] denunció en 2003 por evasor, me tomé el trabajo de pedirle a la AFIP que se expidiera y la AFIP me contestó que yo había pagado de más, fue una denuncia mediática y no sé si no fue hasta una prueba de amor a Kirchner";[6] en la misma entrevista se refirió a la denuncia de Cafiero, "era una denuncia sobre los responsables del corralito, en 2001 no estaba en el país y mal puedo ser el responsable del corralito"

http://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_Prat_Gay

martes, junio 16, 2009

C.I.A. en acción

El CENTRO de Investigaciones Artísticas llama a concurso para 20 becas para participar de todas actividades del Centro.

Desde agosto de 2009 se llevará a cabo un amplio programa de cursos, talleres, seminarios, presentaciones y conferencias a cargo de artistas e investigadores alrededor de cuestiones teóricas, históricas y poéticas.

En el segundo semestre de 2009 se realizarán cinco proyectos de artistas internacionales en los que participarán exclusivamente los becarios.

Un jurado local e internacional seleccionará a los becarios a partir de sus proyectos. Estos proyectos serán desarrollados en el marco del Centro durante un mínimo de seis meses y un máximo de dos años, sin que requieran ser terminados dentro del período.

La convocatoria está abierta a practicantes de diferentes disciplinas: arquitectura, teatro, danza, performance, video, cine, fotografía, pintura, escultura, video, instalación, escritura, música, sonido, net-art, multimedia y otros medios.

Los proyectos pueden ser presentados hasta el 15 de julio de 2009.


Para más información visite: www.ciacentro.org