Urbi et orbi
En esta era industrial que vemos desvanecerse ante nuestros ojos, hemos infligido a las ciudades demandas cada vez más pesadas. El resultado es que nunca antes habían crecido tanto, nunca habían sido más vastas, pobladas, intensas, ni habían sufrido tales colapsos por obra del tráfico y la contaminación. Se prevé que para el año 2025 las ciudades alojarán al 60 por ciento de la población mundial. Resulta alarmantemente obvio que ya no podremos continuar por este camino por mucho tiempo más.
La revolución digital, junto con la nueva economía de la presencia que surge como consecuencia de ella, ofrece algunas alternativas optimistas. Ahora lo virtual rivaliza con la materialidad. Viajar ya no es más la única manera de irse. Y la inteligencia humana se muestra creciendo en aumento. Como resultado, los modelos urbanos a que nos hemos acostumbrado han perdido su inevitabilidad.
En su lugar, podemos crear “e-topías” –ciudades horizontales, “verdes”–, que funcionen de modo inteligente. Los principios básicos pueden condensarse en cinco puntos, simplificando mucho el asunto, sin duda, pero de manera útil como para retenerlos en la memoria. Ellos son: desmaterialización, desmovilización, personalización masiva, operatividad inteligente, transformación “soft”.
Siguiendo estos principios, potencialmente podemos satisfacer nuestras propias necesidades sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. Podemos aplicarlas a escalas del diseño de producto, de la arquitectura, de la planificación urbana, y de la estrategia regional, nacional y global. He aquí cómo.
2 comentarios:
todo esto me hace cordar a el deconstruccionismo y hundertwasser.
:)
e!
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